Los tres contratenores

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Los tres contratenores | Concierto

 

En la Europa barroca, los castrati ocuparon un lugar excepcional: fueron las primeras “estrellas” de la historia de la música. Casi todos eran italianos y formados en los conservatorios de Nápoles. Se dedicaron a la carrera operística o al servicio de las capillas principescas más prestigiosas, llegando incluso al Vaticano y a la Capilla Real de Versalles, y a menudo combinaban ambos empleos.

 

En numerosas producciones líricas u oratorios sacros, desde Viena hasta Londres, los castrati asumían sistemáticamente el papel principal (en Roma también todos los papeles femeninos) y otros roles importantes, creando una auténtica competencia en el escenario. Era una escalada de virtuosismo y emoción entre los cantantes, con el público como juez, tanto por las peticiones de bises como por los suntuosos regalos ofrecidos a los más adorados. La ópera solía completarse con arias “de maleta” que los castrati más solicitados llevaban consigo para brillar.

 

Con un trío tan extraordinario como el formado por Nicolò Balducci, Théo Imart y Rémy Brès-Feuillet, el público es invitado a una competencia de alto nivel: un despliegue del barroco en su máxima expresión, donde revive la dinámica vocal más emocionante de la ópera italiana, en las voces de tres contratenores, por una noche dedicada a la gloria de los castrati.

 

Les Productions de l’Opéra Royal.

 

 

CATEGORÍA DOGE: Los mejores asientos de la sala, programa incluido, invitación al cóctel-cena con champagne sin límite (apertura 45 minutos antes del espectáculo y durante el intermedio, si lo hay).
CATEGORÍA PRESTIGE VIP: Excelentes asientos, programa incluido y una copa de champagne.
CATEGORÍA PRESTIGE: Muy buenos asientos, programa incluido y una copa de champagne.

Programa y reparto

Nicolò Balducci, Théo Imart y Rémy Brès-Feuillet, Contratenores
Orquesta de la Ópera Real
Stefan Plewniak, Dirección

 

Programa
¡Los tres contratenores!
El regreso del gran concurso de virtuosismo de los castrati

 

Arias de Haendel, Vivaldi, Porpora…

Palacio de Versalles

Versalles, símbolo de la monarquía triunfante, tuvo una función artística igual que política. Luís XIV reunió en su dominio a los artistas más brillantes de la época, y permitió la eclosión de nuevos estilos. Este marco, configurado por las artes, fue el escenario de las fiestas más fastuosas: Teatro, ópera, ballet, fuegos artificiales, espectáculos ecuestres, náuticos y banquetes se sucedían en la cumbre.

Fiel a su historia, el Palacio de Versalles sigue siendo el escenario de una vida cultural y artística muy variopinta: Grandes Aguas, óperas, conciertos, ballets, grandes espectáculos, serenatas, Gran baile de disfraces y exposiciones de arte contemporáneo. Artistas de gran renombre vuelven a insuflar la vida a los espacios más hermosos con creaciones clásicas y contemporáneas.
 

El Palacio de Versalles (en francés: Château de Versailles, castillo, mansión de Versailles) es un edificio que desempeñó las funciones de una residencia real en siglos pasados. El palacio está ubicado en el municipio deVersalles, en Île-de-France. Su construcción fue ordenada por Luis XIV, y constituye uno de los complejos arquitectónicos monárquicos más importantes de Europa.

 

Con sus tres palacios, sus jardines y su parque, Versalles es un dominio inmenso. Si bien Luis XIII hizo edificar allí un pabellón de caza con un jardín, Luis XIV es su verdadero creador, ya que le dio su amplitud y determinó su destino.

Luis XIV dejó París y decidió construir Versalles como una pequeña ciudad alejada de los problemas. Tendría varias etapas constructivas, marcadas por las amantes de Luis XIV.

 

El jardín de Versalles es clasicista, ordenado, racionalizado. Con el paisajismo se obliga a la circulación. Crea una organización que relaciona todas las esculturas y fuentes y ensalza la monarquía. Las esculturas se señalan unas a otras. Progresiva civilización del jardín: muy ordenado, podado y cuidado en la zona próxima al palacio, y después se va asilvestrando, es decir que se hace más silvestre a medida que nos alejamos del palacio.

Tres siglos después de su creación, el dominio sigue siendo considerable pues cuenta con 800 hectáreas, 20 km de caminos, 200 000 árboles, 35 km de canalizaciones, 11 hectáreas de techumbre, 2 153 ventanas y 67 escaleras.

El conjunto del palacio y parque de Versalles, incluyendo el Gran Trianón y el Pequeño Trianón, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

Versalles vivió el apogeo de la Francia de los Borbones, pero también su destrucción: en Versalles se establecieron los Estados Generales desde 1789 hasta el 6 de octubre. En esta fecha, el palacio fue tomado por el pueblo y el rey y su familia obligados a trasladarse e instalarse en París. Desde entonces Versalles quedó vacío. En 1792, tras la caída de la monarquía, fue saqueado. Napoleón Bonaparte acarició durante un tiempo la idea de convertirlo en su palacio imperial, pero Versalles ya no se utilizará hasta el retorno de la monarquía. Luis Felipe encargó a su ministro Camille Bachasson, conde de Montalivet la conversión del palacio en museo: de esa época data la dedicatoria: "A todas las glorias de Francia".

Versalles ya sólo se utilizó de forma episódica o anecdótica. El palacio fue el cuartel general del ejército prusiano en 1870 durante el asedio de París. El emperador alemán fue coronado el 18 de enero de 1871 en la Galería de los Espejos. En él se refugiaron, durante la Comuna, Adolphe Thiers y su gobierno, sentándose en el gigantesco hemiciclo, en los sillones color burdeos hasta 1879. Después fue el centro de las elecciones presidenciales de la III y la IV República. Se decoró con grandes frescos que evocaban la guerra, la agricultura, el comercio, la industria y la paz. El Tratado de Versalles se firmó el 28 de junio de 1919, que puso fin a laPrimera Guerra Mundial.

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