Gasparini, El avaro

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Gasparini: El avaro | Ópera escenificada
Intermezzo en tres actos, con libreto de Matteo Salvi, basado en El avaro de Molière, estrenado en el Teatro Sant’Angelo de Venecia en 1720.
Espectáculo en italiano con sobretítulos en francés e inglés.
Duración: 1h15 sin intermedio

 

La reforma de la ópera italiana se inspiró ampliamente en el teatro francés del siglo XVIII, y Molière resonó en los escenarios de ópera.

 

Conformado por tres personajes cantantes y un cuarto mudo, acompañado de una orquesta ligera, El avaro es un intermezzo (el ejemplo más famoso sigue siendo La serva padrona de Pergolesi, protagonista de la famosa Querella de los Bufones en 1752). Salvi, el libretista, que ya se había inspirado en el teatro de Molière (de El burgués gentil hombre en L’artigiano gentiluomo y de El enfermo imaginario en Il malato immaginario), logró la hazaña de permanecer fiel al espíritu de la comedia de Molière sin perder su fuerza cómica, aunque la obra se reduce de cinco a tres actos y es completamente cantada.
La música de Gasparini ilustra este encantador libreto de la manera más expresiva y seductora posible.

 

Si la música y el teatro de Molière ya habían dialogado para Le Poème Harmonique de la manera más íntima en 2004 con el estreno de El burgués gentil hombre, aquí se funden en una espectacular unión de lirismo y farsa. Con la recreación de este Avaro, Vincent Dumestre y Théophile Gasselin quieren volver a decir la belleza de este repertorio singular y apostar por un encanto que aún funciona para sus contemporáneos.

 

Nueva producción de Le Poème Harmonique.
Coproducción Opéra Royal / Château de Versailles Spectacles, Théâtre de Caen, Opéra de Rennes.

 

Con el apoyo del Théâtre de l’Athénée.

 

Escenografía y vestuario realizados por los talleres del Théâtre de Caen.

 

 

CATEGORÍA PRESTIGE VIP: Los mejores asientos de la sala, el programa será ofrecido junto con una copa de champán.
CATEGORÍA PRESTIGE: Muy buenos asientos, el programa será ofrecido junto con una copa de champán.

Programa y reparto

Eva Zaïcik – Fiammetta
Victor Sicard – Pancrazio
Serge Goubioud – Nodriza
Stefano Amori – Valletto, mimo
Le Poème Harmonique
Vincent Dumestre, Dirección
Théophile Gasselin, Dirección escénica
Louise Caron, Escenografía y asistente de dirección
Alain Blanchot, Vestuario
Christophe Naillet, Iluminación

 

Programa
Intermezzo en tres actos, con libreto de Matteo Salvi, basado en L’Avare de Molière, estrenado en el Teatro Sant’Angelo de Venecia en 1720.

 

Nueva producción.

 

Espectáculo en italiano con sobretítulos en francés e inglés.

Palacio de Versalles

Versalles, símbolo de la monarquía triunfante, tuvo una función artística igual que política. Luís XIV reunió en su dominio a los artistas más brillantes de la época, y permitió la eclosión de nuevos estilos. Este marco, configurado por las artes, fue el escenario de las fiestas más fastuosas: Teatro, ópera, ballet, fuegos artificiales, espectáculos ecuestres, náuticos y banquetes se sucedían en la cumbre.

Fiel a su historia, el Palacio de Versalles sigue siendo el escenario de una vida cultural y artística muy variopinta: Grandes Aguas, óperas, conciertos, ballets, grandes espectáculos, serenatas, Gran baile de disfraces y exposiciones de arte contemporáneo. Artistas de gran renombre vuelven a insuflar la vida a los espacios más hermosos con creaciones clásicas y contemporáneas.
 

El Palacio de Versalles (en francés: Château de Versailles, castillo, mansión de Versailles) es un edificio que desempeñó las funciones de una residencia real en siglos pasados. El palacio está ubicado en el municipio deVersalles, en Île-de-France. Su construcción fue ordenada por Luis XIV, y constituye uno de los complejos arquitectónicos monárquicos más importantes de Europa.

 

Con sus tres palacios, sus jardines y su parque, Versalles es un dominio inmenso. Si bien Luis XIII hizo edificar allí un pabellón de caza con un jardín, Luis XIV es su verdadero creador, ya que le dio su amplitud y determinó su destino.

Luis XIV dejó París y decidió construir Versalles como una pequeña ciudad alejada de los problemas. Tendría varias etapas constructivas, marcadas por las amantes de Luis XIV.

 

El jardín de Versalles es clasicista, ordenado, racionalizado. Con el paisajismo se obliga a la circulación. Crea una organización que relaciona todas las esculturas y fuentes y ensalza la monarquía. Las esculturas se señalan unas a otras. Progresiva civilización del jardín: muy ordenado, podado y cuidado en la zona próxima al palacio, y después se va asilvestrando, es decir que se hace más silvestre a medida que nos alejamos del palacio.

Tres siglos después de su creación, el dominio sigue siendo considerable pues cuenta con 800 hectáreas, 20 km de caminos, 200 000 árboles, 35 km de canalizaciones, 11 hectáreas de techumbre, 2 153 ventanas y 67 escaleras.

El conjunto del palacio y parque de Versalles, incluyendo el Gran Trianón y el Pequeño Trianón, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

Versalles vivió el apogeo de la Francia de los Borbones, pero también su destrucción: en Versalles se establecieron los Estados Generales desde 1789 hasta el 6 de octubre. En esta fecha, el palacio fue tomado por el pueblo y el rey y su familia obligados a trasladarse e instalarse en París. Desde entonces Versalles quedó vacío. En 1792, tras la caída de la monarquía, fue saqueado. Napoleón Bonaparte acarició durante un tiempo la idea de convertirlo en su palacio imperial, pero Versalles ya no se utilizará hasta el retorno de la monarquía. Luis Felipe encargó a su ministro Camille Bachasson, conde de Montalivet la conversión del palacio en museo: de esa época data la dedicatoria: "A todas las glorias de Francia".

Versalles ya sólo se utilizó de forma episódica o anecdótica. El palacio fue el cuartel general del ejército prusiano en 1870 durante el asedio de París. El emperador alemán fue coronado el 18 de enero de 1871 en la Galería de los Espejos. En él se refugiaron, durante la Comuna, Adolphe Thiers y su gobierno, sentándose en el gigantesco hemiciclo, en los sillones color burdeos hasta 1879. Después fue el centro de las elecciones presidenciales de la III y la IV República. Se decoró con grandes frescos que evocaban la guerra, la agricultura, el comercio, la industria y la paz. El Tratado de Versalles se firmó el 28 de junio de 1919, que puso fin a laPrimera Guerra Mundial.

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