Donizetti: La Fille Du Régiment

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Opéra-comique en dos actos, con libreto de Jules-Henri Vernoy de Saint-Georges y Jean-François Bayard, estrenada en París en 1840.

Nueva producción de la Royal Opera.

Espectáculo en italiano con sobretítulos en francés e inglés.

Ópera en versión escénica

 

Argumento 

Acto primero

Las montañas tirolesas

Paso montañoso del Tirol. Se desarrolla una batalla fuera de escena. El pueblo fronterizo, atemorizado, dirige una plegaria a la Virgen para que llegue pronto la paz. Está terminando la guerra en la que Napoleón ha ocupado la región, y los franceses acaban de lograr la victoria. En su camino hacia Austria, la aterrorizada marquesa de Berkenfeld y su mayordomo, Hortensius, se han detenido en su viaje debido a una escaramuza que ha estallado. Cuando la marquesa oye a los campesinos que las tropas francesasN 1​ se han retirado, ella habla de los groseros modales de los franceses ("Pour une femme de mon nom (Para una mujer de mi nombre)"). 

Llega el 21.º regimiento que dirige Sulpice, y confirma a todo el mundo que sus hombres restaurarán la paz y el orden. Con Sulpice llega también Marie, una muchacha huérfana recogida por el regimiento durante la guerra y adoptada como vivandera (esto es cantinera y mascota) e "hija" del regimiento. Marie tiene una educación muy precaria y cuartelera. Su comportamiento es rudo, sin modales de buena urbanidad. Pero Marie es muy buena cantante y lidera la canción del regimiento, que todos corean con mucho entusiasmo.

Cuando Sulpice le pregunta por un joven con el que se la ha visto, ella explica que es Tonio, un tirolés que en un barranco le salvó la vida, y que está enamorada de él. Sin embargo, todo el regimiento se cree con derecho a impedir el matrimonio de Marie si el candidato no es de su gusto. Los soldados traen a un sospechoso que merodea el lugar y Marie lo reconoce: es Tonio, el tirolés que le salvó la vida, que dice que había estado buscando a Marie. Ella se adelanta a salvarlo, y mientras él brinda con sus nuevos amigos, Marie canta la canción del regimiento ("Chacun le sait (Todo el mundo sabe)"). Ordenan a Tonio seguir a los soldados, pero él se escapa y vuelve para declarar su amor a Marie (Quoi! Vous m'aimez (Qué! Me quereis)). Sulpice los sorprende, y Marie debe reconocer ante Tonio que ella sólo se puede casar con un soldado del 21.

Aparece la marquesa de Berkenfield y le pide a Sulpice escolta para su castillo. Cuando él oye el nombre de Berkenfeld, Sulpice recuerda una carta que encontró cerca de la joven Marie en el campo de batalla. La marquesa pronto admite que ella conoció al padre de la chica y dice que Marie es la hija, largamente perdida, de su hermana que tuvo su desliz con el Capitán Robert, un militar del regimiento. La niña había quedado al cuidado de la marquesa, pero se perdió. Asombrada por las groseras maneras de la chica, la marquesa decide llevársela a su castillo y darle una educación apropiada. Cuando Tonio trata de obtener permiso para cortejar a Marie los soldados se lo niegan, porque no pertenece al regimiento. Tonio entonces decide ingresar en el regimiento y celebra jubiloso el hecho de poder ser militar y marido ("Ah, mes amis (Ah, mis amigos)").

Muy pronto Sulpice advierte a Tonio que debe entregar a Marie a su tía, la marquesa que ha venido a buscarla. Marie se ve obligada, entonces, contra su voluntad, a irse a vivir al castillo de la marquesa de Berkenfield. Marie se despide emotivamente de todos diciendo que es necesario partir, dejando en claro que el ingreso de Tonio en el regimiento no le ha servido de nada ("Il faut partir (Debemos ir)").

 

Acto segundo

El castillo de Berkenfeld

En el palacio de la marquesa de Berkenfield, esta se esfuerza en educar a Marie para que pueda casarse con un rancio aristócrata: el hijo de la duquesa de Crakenthorp. Sulpice también está en el castillo, recuperándose de una herida, y se supone que ayuda a la marquesa en sus planes. La marquesa enseña a Marie una refinada romanza clásica, acompañándola en el piano. Animada por Sulpice, se pone a cantar al ritmo de un contagioso rataplán, rataplán, y la marquesa pierde los nervios (Trío: "Le jour naissait dans la bocage (Día fue en la arboleda)"). 

Luego, a solas, Marie reflexiona acerca de su desdichada condición y la falta de sentido del dinero y la posición ("Par le rang et l'opulence (Según el rango y la opulencia)"). Llegan Tonio y los demás soldados del regimiento, se supone que a la boda de Marie. Todo se transforma en alegría cuando Marie canta junto a ellos una encendida y patriótica canción: "Salut à la France (Hola a Francia)" seguida por una graciosa intervención de Marie, Tonio y Sulpice en que expresan su felicidad de volver a juntarse.

Tonio le confiesa a la marquesa su amor por Marie y que por la muchacha él se ha hecho soldado. Tonio le pide la mano de Marie, pero la marquesa muy fríamente le pide que se vaya a pesar de que él dice que Marie es toda su vida ("Pour me rapprocher de Marie (Para acercarse a Marie)"). Declara que su sobrina está comprometida con otro hombre y despide a Tonio. Luego la marquesa confiesa secretamente a Sulpice que Marie es su propia hija ilegítima a quien ella abandonó, temiendo su desgracia social. 

Hortenisus anuncia la llegada del séquito de la boda, encabezado por la madre del novio, la insoportable Duquesa de Crakenthorp con su hijo. Marie rechaza abandonar su habitación, pero cuando Sulpice le dice que la marquesa es su madre, la sorprendida muchacha declara que no puede ir en contra de los deseos de su madre y se muestra conforme en casarse con un hombre al que no ama. Cuando ella va a firmar el contrato de matrimonio, llegan Tonio y los soldados del 21, decididos a resctara a su "hija", impidiendo la ceremonia. Cuando dicen que ella fue vivandera e hija del regimiento, los invitados y la aparatosa duquesa de Crakenthorp se horrorizan. Marie confiesa ante todos su lealtad y cariño para con el regimiento y que a él le debe todo. Entonces la marquesa, conmovida por la bondad de corazón de su hija, detiene la boda y da su permiso para que Marie se case con Tonio. Para celebrar este feliz momento, Marie, Tonio los soldados y todos los presentes cantan una vez más ese patriótico Salut à la France (Hola a Francia).

Programa y reparto

CATEGORÍA VIP: Mejores asientos en la sala con una copa de champán y programa de cortesía.

CATEGORÍA PRESTIGIO: Excelentes asientos con una copa de champán y programa de cortesía.

2h40 con intermedio incluido

Gwendoline Blondeel: Marie

Patrick Kabongo: Tonio

Jean-François Lapointe: Sulpice

Éléonore Pancrazi: La Marquesa de Berkenfield

Jean-Gabriel Saint-Martin: Hortensius

Flore Royer*: La Duquesa de Crakentorp

NN: Un cabo

Attila Varga-Tóth*: Un granjero, Un notario

*Miembro de la Academia de la Ópera Real

Chœur de l’Armée française

Chœur de l’Opéra Royal

Orchestre de l’Opéra Royal

Bajo el alto patrocinio de Aline Foriel-Destezet

Gaétan Jarry: Director de orquesta

Jean-Romain Vesperini: Director

Christian Lacroix: Vestuario

Roland Fontaine: Escenografía

Christophe Chaupin: Iluminación

Claire Manjarres: Asistente de dirección

Palacio de Versalles

Versalles, símbolo de la monarquía triunfante, tuvo una función artística igual que política. Luís XIV reunió en su dominio a los artistas más brillantes de la época, y permitió la eclosión de nuevos estilos. Este marco, configurado por las artes, fue el escenario de las fiestas más fastuosas: Teatro, ópera, ballet, fuegos artificiales, espectáculos ecuestres, náuticos y banquetes se sucedían en la cumbre.

Fiel a su historia, el Palacio de Versalles sigue siendo el escenario de una vida cultural y artística muy variopinta: Grandes Aguas, óperas, conciertos, ballets, grandes espectáculos, serenatas, Gran baile de disfraces y exposiciones de arte contemporáneo. Artistas de gran renombre vuelven a insuflar la vida a los espacios más hermosos con creaciones clásicas y contemporáneas.
 

El Palacio de Versalles (en francés: Château de Versailles, castillo, mansión de Versailles) es un edificio que desempeñó las funciones de una residencia real en siglos pasados. El palacio está ubicado en el municipio deVersalles, en Île-de-France. Su construcción fue ordenada por Luis XIV, y constituye uno de los complejos arquitectónicos monárquicos más importantes de Europa.

 

Con sus tres palacios, sus jardines y su parque, Versalles es un dominio inmenso. Si bien Luis XIII hizo edificar allí un pabellón de caza con un jardín, Luis XIV es su verdadero creador, ya que le dio su amplitud y determinó su destino.

Luis XIV dejó París y decidió construir Versalles como una pequeña ciudad alejada de los problemas. Tendría varias etapas constructivas, marcadas por las amantes de Luis XIV.

 

El jardín de Versalles es clasicista, ordenado, racionalizado. Con el paisajismo se obliga a la circulación. Crea una organización que relaciona todas las esculturas y fuentes y ensalza la monarquía. Las esculturas se señalan unas a otras. Progresiva civilización del jardín: muy ordenado, podado y cuidado en la zona próxima al palacio, y después se va asilvestrando, es decir que se hace más silvestre a medida que nos alejamos del palacio.

Tres siglos después de su creación, el dominio sigue siendo considerable pues cuenta con 800 hectáreas, 20 km de caminos, 200 000 árboles, 35 km de canalizaciones, 11 hectáreas de techumbre, 2 153 ventanas y 67 escaleras.

El conjunto del palacio y parque de Versalles, incluyendo el Gran Trianón y el Pequeño Trianón, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

Versalles vivió el apogeo de la Francia de los Borbones, pero también su destrucción: en Versalles se establecieron los Estados Generales desde 1789 hasta el 6 de octubre. En esta fecha, el palacio fue tomado por el pueblo y el rey y su familia obligados a trasladarse e instalarse en París. Desde entonces Versalles quedó vacío. En 1792, tras la caída de la monarquía, fue saqueado. Napoleón Bonaparte acarició durante un tiempo la idea de convertirlo en su palacio imperial, pero Versalles ya no se utilizará hasta el retorno de la monarquía. Luis Felipe encargó a su ministro Camille Bachasson, conde de Montalivet la conversión del palacio en museo: de esa época data la dedicatoria: "A todas las glorias de Francia".

Versalles ya sólo se utilizó de forma episódica o anecdótica. El palacio fue el cuartel general del ejército prusiano en 1870 durante el asedio de París. El emperador alemán fue coronado el 18 de enero de 1871 en la Galería de los Espejos. En él se refugiaron, durante la Comuna, Adolphe Thiers y su gobierno, sentándose en el gigantesco hemiciclo, en los sillones color burdeos hasta 1879. Después fue el centro de las elecciones presidenciales de la III y la IV República. Se decoró con grandes frescos que evocaban la guerra, la agricultura, el comercio, la industria y la paz. El Tratado de Versalles se firmó el 28 de junio de 1919, que puso fin a laPrimera Guerra Mundial.

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